Vivir en un mundo unido era el sueño de Chiara Lubich, y actualmente lo es también de Jóvenes por un Mundo Unido; presentes en ciento ochenta países de los cinco continentes y de distintas culturas, religiones y nacionalidades está unidos por una elección de fondo: vivir por la fraternidad universal. El mundo muestra una humanidad marcada por grandes transformaciones. Guerras civiles, cultura del miedo y crisis global parecen no dejar espacio a la esperanza. Sin embargo las vicisitudes de la humanidad, examinadas con atención, desvelan mucho más. Signos de unidad y de paz, cada vez más numerosos, están creciendo en nuestras barriadas, en nuestras ciudades, en nuestras naciones. Cada día millones de personas eligen dar sin recibir, acoger en vez de discriminar, perdonar para reconstruir vínculos rotos…, en una palabra: vivir como hermanos y hermanas. Los Jóvenes por un Mundo Unido también forman parte de este pueblo de paz y fraternidad.
Durante su último encuentro mundial, el Genfest en Budapest del año pasado, lanzaron el United World Project. De esta manera asumen juntos el compromiso de trabajar concretamente por la paz y hacer que sea visible.
Todos, y no sólo los Jóvenes por un Mundo Unido, pueden participar y adherir al Proyecto. Se puede apoyar el Proyecto en la página web internacional con una firma que expresa un modo de vivir. Y también se pueden realizar y localizar micro y macro ‘iniciativas de fraternidad’. Con este concepto, Chiara Lubich nombró las iniciativas locales y universales, de individuos y de grupos, que contribuyen a que la fraternidad crezca.
Además, el Proyecto se concreta a través de tres vías:
– United World Network: vivir la regla de oro (“haz a los demás lo que quisieras que te hiciesen a ti; no hagas a los demás lo que no quieras 
que te hagan”) base de tantas civilizaciones y tradiciones, pues el cambio empieza por uno mismo. Juntos, recorren todos los caminos posibles a nivel local, nacional e internacional, privilegiando aquellas personas y situaciones con mayor sufrimiento.
– United World Watch: sostener la creación de un Observatorio internacional permanente que pueda realzar la idea de la fraternidad a través de estudios, investigaciones y acciones de sensibilización, abierto a la más amplia colaboración, el Observatorio tendrá que monitorizar y dar a conocer en todo el mundo las experiencias de fraternidad llevadas a cabo a nivel personal, por grupos e instituciones.
– United World Workshop: pedir a la ONU que reconozca e instituya, a nivel internacional, la Semana por un Mundo Unido (un laboratorio de ideas, actividades e iniciativas, operativa desde hace más de 15 años); de este modo también las instituciones podrán colaborar, con mayor eficacia e influencia, para aproximarnos al horizonte de la fraternidad universal.
Y es que, de los siete mil millones de personas que pueblan el planeta, el 25% son jóvenes; ocho de cada diez viven en Asia y África. El futuro y el presente ya están en sus manos.
